La guerra que entre 1926 y 1929 鈥攜 en menor escala entre 1934 y 1938鈥攅nfrent贸 a miles de campesinos con un gobierno que se asum铆a como producto de la triunfante Revoluci贸n Mexicana estuvo durante largas d茅cadas bajo el manto del tab煤. La composici贸n social de quienes la pelearon, el 谩nimo jacobino 鈥 apenas reprimido鈥 de algunos generales revolucionarios, la hostilidad entre el nuevo Estado mexicano y el Vaticano hicieron que ese largo y cruento episodio de nuestra historia se estudiara poco, casi a hurtadillas, hasta que a comienzos de los a帽os setenta se public贸 La Cristiada, libro se帽ero por su m茅todo, su profundidad y su empat铆a con los vencidos. Durante siete a帽os, Jean Meyer hurg贸 en archivos, realiz贸 encuestas y registr贸 conversaciones con muchos sobrevivientes de este choque fratricida: fruto de esa dedicaci贸n es el libro que hoy, cuarenta a帽os despu茅s de su primera edici贸n, publica Siglo XXI Editores. En esta historia pol铆tica y diplom谩tica M茅xico, Washington y Roma ocupan el primer plano, con la Iglesia mexicana enfrentada al Estado nacional y al Vaticano, en un conflicto en que el petr贸leo no anda lejos del agua bendita y en el que resuenan la reforma agraria y las ideas de vanguardia del gobierno. La obra de Meyer est谩 tejida de narraci贸n y an谩lisis, de historia militar, econ贸mica y sociol贸gica, y es a la vez un ambicioso intento de interpretaci贸n, un discurso sobre otros discursos: el de Calles 鈥攓ue no es el de Obreg贸n鈥, el de la Santa Sede 鈥攓ue no es el de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa ni el del arzobispo de M茅xico鈥, el de los estadounidenses. Este primer volumen aborda la guerra de los cristeros a partir de la palabra de los propios actores: los cat贸licos de pie, la jerarqu铆a eclesi谩stica, los combatientes de uno y otro bando, los generales 鈥攖anto el m铆tico Enrique Gorostieta como Obreg贸n y Calles鈥, presentes en este relato vivo y doloroso de la confrontaci贸n.
El autor tiene cuidado en mostrar que los cristeros no fueron gente de la Iglesia, ni cat贸licos haciendo pol铆tica, ni lacayos de los obispos, ni instrumentos de la Liga. Tiene raz贸n Jean Meyer: "a la Cristiada se la puede leer como la Il铆ada". Quien se asome a estas p谩ginas "no dejar谩 de probar una emoci贸n profunda al leer cada uno de los episodios de esa epopeya que pertenece al patrimonio de la humanidad".
